“Había sido atacada y casi asesinada, pero salí viva. Empecé a sentir que esto era algo por lo que estar orgullosa. Podía sostener mi cabeza bien alta, sabiendo que era una superviviente. Ni siquiera ese sicópata podría hacer una víctima de mí. Ahora dependía de mí no hacer una víctima de mí misma.”
“Lo había conseguido. No era un víctima. Era una superviviente. Y nadie podía quitarme eso.”
“Volví a llorar, lloré todo el camino a casa. No sólo por lo que había sucedido, sino porque sabía que a partir de hoy nunca sería la misma. Algo se apagó dentro de mí ese día. Algo dentro de mí se quebró, y dejé de preocuparme. No quería volver a sentir eso de nuevo, y así empecé a aprender a meter los sentimientos profundos, en el fondo de mí misma, a un lugar donde no podían hacerme daño.”
“Joan era dura en el exterior, pero tenía una verdadera vulnerabilidad cuando llegabas a conocerla. Casi desde el momento en que me uní a The Runaways, había habido un lazo especial entre nosotras. La gente nos había comenzado a llamar “Sal y Pimienta”, no sólo por los contrastantes colores de cabello, sino porque siempre parecíamos estar juntas. En Joan, encontré una amistad mucho más intensa, y mucho más profunda, de lo que había conocido hasta ese punto en mi vida. Éramos niñas: Joan sólo era un año mayor que yo, y me aferraba más a ella que a cualquiera en la banda, y ella hacía lo mismo conmigo.Cuando pienso en Joan y nuestra relación, todavía puedo sentir un distante temblor por dentro. Nuestra amistad fue un regalo de Dios para mí. Era profunda, y por momentos ella era la única que me mantenía cuerda. Joan era perceptiva. Casi como si pudiera leer mi mente. Dios, cómo necesitaba esa clase de conexión. Especialmente cuando me sentía tan desconectada. Creía en ella, y en el sueño que la había conducido tan lejos. Me sentía segura cuando me quedaba cerca de ella, como si fuera arrastrada por la red de seguridad de su resuelta visión de lo que estábamos haciendo.A veces nos mirábamos y yo sentía un cosquilleo en mi estómago. Su sonrisa era tibia y su actitud de amor a la diversión me hacía olvidar cuán extraño y bizarro este mundo nuevo y loco realmente era. Ella era mi ancla. ¿Cómo explico a una persona que era mi mejor amiga, alguien en quien podía confiar como una hermana, alguien que para mí se volvió una fuerte atracción sexual? Bueno, es fácil. Tan fácil como era estar con ella. Podría dejarlo en que tuve momentos con una amiga que aún hoy me hacen temblar. Y fueron algunos de los momentos más satisfactorios de mi joven vida.”
“Hoy mi felicidad no dependía de lo que la gente pensara de mí”
“Había un tiempo en el que yo solía creer que estás viviendo o muriendo. Vivir era hacer todo lo que querías. Morir era todo lo demás”
“El monstro no podía ser yo. Ese esqueleto, con una mata de pelo fibroso, ¡No era yo! La cosa en el espejo tenía los ojos tan muertos, sin vida, que me hacían temblar si tuviera que verlos por más tiempo. La cosa en el espejo tenia la piel demacrada y gris. Lo grisáceo no estaba sobre la cosa del espejo, estaba en ella. Lo grisáceo estaba incluso adentro, chupando la vida de ese trabajoso, irregular corazón.”