“- No diga eso, Panchito- me interrumpió- la muerte no se le desea a nadie. Pero, tiene razón-coincidió conmigo-, la muerte a veces es muy injusta.”
“- A veces no se nota muy bien cuando lo quieren a uno, ¿Verdad, tío?”
“-Cuando tenga ganas de llorar, hágalo-era la voz de mi tío Tacho-. Y hágalo fuerte, sin pena. Es la única forma de que la tristeza se licue y se nos salga del cuerpo. Porque la tristeza es dura, Panchito, muy dura...”
“-¿Y no le parece que también es importante lo que usted sienta?-me dijo-.¿No cree que siempre es mejor la más amarga de las verdades que la más dulce mentira?-me preguntó.-Sí, tiene usted razón -admití-, pero si la abandona ella terminará con su vida...-¿Entonces usted piensa que lo correcto es sacrificar la suya a cambio de la de ella?-me preguntó”
“¿La vida, con qué dinero se compra, Panchito?”
“La vida siempre presenta dificultades, pero si usted a la primera se rinde, está demostrando que se conforma con ser número dos, y que está dispuesto a que cualquier persona un poquito más preparada que usted le pueda dar órdenes. !Decida su lugar en la vida!”