Antonio Santa Ana nació en 1963 en Buenos Aires, donde vive actualmente con sus dos hijos. Trabaja desde hace diez años con el Grupo Editorial Norma en Argentina, donde se ocupa de la edición y circulación de las colecciones infantiles y juveniles. Antes de vincularse a Norma trabajó durante diez años en la organización de la Feria del Libro de Buenos Aires y en la editorial Libros del Quirquincho. Miembro de la comisión directiva de la Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina (ALIJA) y del comité editorial de la Revista latinoamericana de literatura infantil y juvenil que publica Fundalectura (seccional de IBBY), Santa Ana ha sido jurado de importantes concursos literarios y es parte activa de actividades varias en torno a la literatura.
“Uno se hace lector para completar lo inacabado. Para completarse”
“Para oír hay que callar”
“Es terrible darse cuenta de que uno tiene algo cuando lo está perdiendo”
“Si la cuerda no fuera delgada, no tendría gracia caminar por ella”
“Comprendí que la luz del sol es despiadada, son las sombras las que nos protegen”
“No sé si voy a volver. Siento que cada vez son menos las cosas que me atan a este lugar”
“Yo ya no soy el mismo.Ya no pregunto cómo será mi destino.Le debo a Ezequiel el haberme enseñado que la vida no es más que eso: asomar la cabeza, para ver qué pasa fuera, aunque haya tormenta. Y una Suite de Bach”
“Como si fuera más digno morirse de leucemia que de SIDA. Como si fuera indigno ser sidoso. Como si en la muerte hubiera alguna dignidad”
“-Tal vez lo bueno de los abismos sea- concluyó la abuela- que se pueden hacer puentes para cruzarlos.”
“Ninguna enfermedad te enseña a morir. Te enseña a vivir. A amar la vida con toda la fuerza que tengas”