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Olga Salar

Nací el veintidós de enero de 1978 en Valencia, aunque jamás he vivido allí sino en una localidad cercana, Sagunto.

Estudié filología hispánica porque era la manera más sencilla de engañar a mi madre: ella pensaba que me estaba sacando una carrera; yo saciaba mi curiosidad por las palabras al tiempo que compaginaba mi pasión por la lectura. Leía y leía por orden de los profesores, mientras que por mi cuenta conocía a tipos como Byron, Tolstoi o Goethe, y redescubría a los escritores latinoamericanos del realismo mágico, que me cautivaron para siempre.

Y mientras pasaba páginas a un ritmo vertiginosos me enamoré y tuve una hija preciosa, y necesité leer más para poder encontrar mi espacio mientras mi pequeña princesa, me exigía cuando le convenía (cuando no, me manda a escribir un capítulo de esos tuyos, mamá). Creé el blog literario Luna Lunera (Diario de una Lunática), reseñando más novelas a la semana de las que nadie consideraría sano. ¿Cómo? Robándole horas a Morfeo. Hasta que un día mi propia voz literaria se hizo un hueco entre las líneas, un espacio en mi cerebro, y me exigió su propio un lugar, un trocito en todos y cada uno de mis días.

Escribí mi primera novela con una teoría, para mi brillante y contrastada, sobre lo desastroso de las primeras veces, que no me atreví a presentar a nadie. Publiqué, sin embargo, la bilogía Lazos Inmortales, una adaptación de Fausto que tuvo una acogida magnífica en la blogosfera. Y al fin vio la luz Un amor inesperado, aquella historia inicial, dando al traste con mi teoría, pues las lectoras han decidido que mi primera vez ha sido buena, y esperan una más. Volví a aventurarme en la romántica adulta con la novela corta, Quédate esta noche, una historia que nació en versión digital y que llegó al papel en un tiempo récord.

A ella le siguieron Íntimos Enemigos y su Spin off, Una cita pendiente, esta última publicada en ebook exclusivamente y Una noche bajo el cielo, mi primera novela histórica. Tras ella he publicado Jimena no deshoja margaritas y el relato Solo un deseo. En julio de este año verá la luz mi nueva publicación, Di que sí, la novela que quedó mención especial en el II Premio de novela romántica Harlequín digital.

No obstante, como me resulta prácticamente imposible dejar de escribir, también he participado en diversas antologías solidarias, y colaboro asiduamente en periódicos y revistas.


“Estaba huyendo de mí mismo. Y lo peor de huir de uno mismo, es que no había ningún lugar en el que poder esconderse.”
Olga Salar
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