“Esta muerte que había mirado con el enloquecimiento de una bestia, comprendía que tener miedo de ella era tener miedo de la vida.”
“Esta vida que me devora no la hubiera conocido completamente, y lo que me horroriza en la muerte es la certeza que me traerá de que mi vida ha sido consumida sin mí. Al margen, ¿comprende?”
“Entre mi colchoneta y la tabla de la cama, había encontrado, en efecto, un viejo pedazo de periódico casi pegado a la tela, amarillento y transparente. Relataba un suceso cuyo comienzo faltaba, pero que debía haber acontecido en Checoslovaquia. Un hombre había salido de una aldea checa para hacer fortuna. Al cabo de veinticinco años, había regresado, rico, con una mujer y un niño. Su madre regentaba un hotel con su hermana en la aldea natal. Para darles una sorpresa, dejó a su mujer y a su hijo en otro alojamiento y fue al hotel de su madre, que no lo reconoció cuando entró. Por broma, tomó una habitación. Había dejado ver su dinero. Durante la noche, su madre y su hermana lo asesinaron a martillazos para robarle y arrojaron su cuerpo al río. Por la mañana vino la mujer y reveló sin darse cuenta la identidad del viajero. La madre se ahorcó. La hermana se arrojó a un pozo. Debí de leer esta historia miles de veces. Por una parte, era inverosímil. Por otra, era natural. Me parecía, de todos modos, que el viajero lo había merecido un poco y que nunca se debe jugar.”
“In inima omenească există atîta încăpăţînată speranţă! Pînă şi oamenii cei mai desprinşi de toate sfarşesc uneori prin a accepta iluzia. Această aprobare dictată de nevoia de linişte este sora lăuntrică a consimţămîntului existenţial. Există astfel zei de lumină şi idoli de noroi. Dar noi trebuie să aflăm calea de mijloc ce duce către chipurile omului.”
“Mais les traditions familiales n'ont souvent pas de fondement plus solide , et les ethnologues me font bien rire qui cherchent la raison de tant de rites mystérieux . Le vrai mystère dans beaucoup de cas , c'est qu'il n'y a pas de raison du tout .”
“Vivre, naturellement, n'est jamais facile. On continue à faire les gestes que l'existence commande, pour beaucoup de raisons dont la première est l'habitude. Mourir volontairement suppose qu'on a reconnu, même instinctivement, le caractère dérisoire de cette habitude, l'absence de toute raison profonde de vivre, le caractère insensé de cette agitation quotidienne et l'inutilité de la souffrance.”