“-No puedo vivir sin ti-Sí que puedes.-Puedo pero no quiero”
“No puedo vivir ni contigo ni sin ti.”
“No quiero que vuelvas a marcharte. No puedo vivir sin ti. No quiero volver a perderte. No quiero volver a oír las palabras «por una temporada». Ni tampoco «quizá». Eso pensé. Dices que, por una temporada, no podemos vernos y entonces desapareces. Pero nadie puede saber si volverás. No tengo ninguna certeza. Tal vez no regreses jamás. Es posible que llegue al fin de mis días sin haberte reencontrado. Y eso me resulta insoportable. Todo cuanto me rodea pierde su sentido”
“Si es cierto que yo te maté, persígueme. Se asegura que la víctima persigue a su asesino. Hazlo, pues, sigueme, hasta que me enloquezcas. Pero no me dejes solo en este abismo. ¡no puedo vivir sin mi vida! ¡no puedo vivir sin mi alma!”
“—Quiero que te quedes —Susurra en un tono amable—, pero no puedo tener todo lo que quiero”
“¡Oh, Dios mío, es inconcebible! ¡No puedo vivir sin mi vida! ¡No puedo vivir si mi alma!”