“La filosofía nos enseña a sentir incertidumbre ante las cosas que nos parecen evidentes. La propaganda, en cambio, nos enseña a aceptar como evidentes cosas sobre las que sería razonable suspender nuestro juicio o sentir dudas.”
“Supongo que nos dan más morbo las cosas malas, las imágenes de violencia. Nos hacen sentir seguros en nuestras casas y cómodos en nuestras vidas, o nos hunden en la miseria y nos reafirman en nuestra creencia de que el mundo es una mierda.”
“Se nos enseña a divertirnos, a comprar cosas inútiles, a comer como glotones, a ambicionar un poder absurdo social y económico –comentaba con su exaltación característica ciando algo le interesaba–. Pero dígame quién nos enseña la mesura, la humildad, el amor a la vida. Y, sobre todo, ¿nos enseñan a concentrarnos, a controlar nuestro cuerpo?”
“Las cosas nunca son como a primera vista las figuramos, y así ocurre que cuando empezamos a verlas de cerca, cuando empezamos a trabajar sobre ellas, nos presentan tan raros y hasta tan desconocidos aspectos; tal pasa con las caras que nos imaginamos, con los pueblos que vamos a conocer, que nos los hacemos de tal o de cual forma en la cabeza, para olvidarlos repentinamente ante la vista de lo verdadero.”
“No queremos que nos encasillen en una de nuestras facetas, sobre todo si es de las peores. Queremos que nos den la oportunidad de demostrar que no nos correspondemos con lo que hicimos durante un día malo, que somos capaces de cosas mejores.”
“A veces, caer también nos enseña cosas. En los sueños, muchas veces caes antes de despertar.”