“Tu aliento se me fue haciendo costumbre, y ahora lo único que sé es que ya no podría vivir sin él; lo necesito junto a mí y para siempre, contra mi propia almohada. En tu casa o en la mía ¡qué importa! cualquiera de las dos puede ser la nuestra. Elige tú.”
“Cuando yo era niña mi madre me decía 'querida'; era una palabra. Cuando iba a la escuela la maestra me decía 'querida'; era otra palabra. Pero la primera vez que Mauricio, sin voz casi, me dijo '¡querida!', aquello ya no era una palabra: era una cosa viva que se abrazaba a las entrañas y hacía temblar las rodillas. Era como si fuera el primer día del mundo y nunca se hubiera querido alguien antes que nosotros. Por la noche no podía dormir. '¡Querida, querida, querida!...' Allí estaba la palabra viva rebotándome en los oídos, en la almohada, en al sangre. ¡Qué importa ahora que Mauricio no me mire si él me llena los ojos! ¡Qué importa que el ramo de rosas siga diciendo 'mañana' si él me dio fuerzas para esperarlo todo! Si no hace falta que nos quieran... ¡si basta querer para ser feliz abuela, feliz, feliz!...”
“¿La risa? ¡Qué cosa extraña! Es un temblor alegre que corre por dentro, como las ardillas por un árbol hueco. Pero luego restalla en la cintura, y hace aflojar las rodillas…”
“Y a mi orgullo lo encontréen un bar de mal beber...borracho;preguntando a tu interés:¿cómo se puede caer tan bajo?la primera vez, rescaté lo que quedódel naufragio de mi amor en la tormentade tus brazos.”
“El llanto es tan saludable como el sudor, y más poético. Hay que aplicarlo siempre que sea posible como la medicina antigua aplicaba la sangría.”
“Hace un momento tenía la preocupación de que no le querías bastante y ahora casi me da miedo verte quererle tanto”
“—Ser judía es más algo de tu corazón que de tu mente. Para algunos, ser judío es seguir estrictamente las leyes y las costumbres de nuestros antepasados. Para otros, es ser parte de una comunidad. La religión es muy personal. Siempre estaré allí para ti si quieres o lo necesitas. Puedes elegir adoptar el judaísmo o decidir que tu vida no lo necesita. Nadie puede imponer la religión en ti o ésta no será real.”