“Mi mano tiembla cuando la acerco a mi boca. Lamo mi pulgar y lo froto contra mi muñeca, en contra de mi marca de nacimiento. Entonces froto nuevamente. Miro hacia arriba, justo a sus ojos, que son tan oscuros como la noche que no quiero que termine. La cara de Willem vacila por un momento, luego se vuelve solemne, como lo hizo después de que nos persiguieran. Entonces él se acerca y roza mi marca de nacimiento.No sale, es lo que me está diciendo.”