“Acaricié su cabello y me acerqué hasta su mejilla para darle un beso. Miré sus labios. La hubiera besado, pero no lo hice. No lo haría hasta que ella me lo permitiera.”
“—Gracias por traerme. —Me acerqué a él para despedirme con un beso en la mejilla, pero él corrió su cara y nuestros labios se terminaron rozando. Me alejé de él de un golpe—. No.—Dijiste que no ibas a analizarlo.—No quiero usarte.Sus ojos se volvieron más pequeños y esa sonrisa traviesa que lo caracterizaba se puso en sus labios y en sus ojos—. Soy utilizable, no me preocupo por eso.”
“Pero a Thomas ya no le importaba todo lo que hasta ese momento le había importado. En el momento que encontró a Ella descubrió que tenia alguien más en quien pensar, que su destino le había puesto a ella en el camino, y que le haría olvidar todo lo que hasta ese momento le preocupaba.”
“Pero en el fondo lo sabía. Era la primera mujer que lo veía. No a su apariencia física, ni a sus proezas de guerrero. Ella veía su alma.”
“Pido lo imposible, lo más inmerecido, lo que me atreví a hacer una vez cuando él vivía: pido que sea su voz la que asome aquí, que sea su mano la que escriba estas líneas. Sé que es absurdo y es imposible, y por eso mismo creo que él escribe esto conmigo, porque nadie supo mejor hasta qué punto lo absurdo y lo imposible serán un día la realidad de los hombres, el futuro por cuya conquista dio su joven, su maravillosa vida.”
“Los halagos no significan nada para ella, no cree en ellos.Solo las críticas arrancan un rubor a sus mejillas y atraen su atención. Si yo le dijera algo despectivo, ella siempre lo recordaría.”