“No la odiaba, simplemente me odiaba a mí mismo por no saber por qué la necesitaba. Mejor dicho, por no querer reconocerlo.”
“Dijiste que me odiabas.- Lo sé. Necesitaba alguien a quien odiar, y eres al que más amo, por lo que eso cayó sobre ti.”
“Me considero a mí mismo un férreo enemigo de los derechos de propiedad intelectual por dos razones: la primera, por la diferencia que se acentúa cada día -mejor dicho: cada momento- y que nos divide en el mundo desarrollado y el subdesarrollado, el nuestro; la segunda, por mi creencia en la necesidad de que se abran todas las vías para que este pueblo al que pertenzeco adquiera la cultura y los medicamentos necesarios para combatir el binomio formado por la ignorancia y las enfermedades que han lacerado mi sociedad durante siglos.”
“Pero, ¿por qué esa manía de querer encontrar explicación a todos los actos de la vida?”
“Está mejor - respondió con remilgo - Afortunadamente, me lo rompió una perra psicótica, y no alguien de la familia.Le di mi mejor sonrisa psicótica. Qué mal. La familia te puede golpear por accidente. Las perras psicóticas tienden a volver por más”
“La suprema dicha de la vida, es la convicción de que se es amado; amado por sí mismo, digamos mejor, ama¬do a pesar de sí mismo.”