“- ¿Qué piensas, Cristianno? —Quise saber lo que le incomodaba.—No es bueno que sienta de esta manera.—¿Por qué?—Porque no eres mía.”
“—Para que lo sepas, Lenny, esta no es una cita —Trish dice. —Entonces, ¿qué es? —Soy yo sintiendo lástima por ti, porque eres un perdedor.”
“Qué fuerza de realiadad tienen los pensamientos de la gente que piensa poco y, sobre todo, que no divaga. A veces dicen “buenos días”, pero de qué manera tan inteligente.”
“¿Qué haré? Mas ¿para qué estudiolo que haré, si es evidenteque, por más que lo prevenga,que lo estudie y que lo piense,en llegando la ocasiónha de hacer lo que quisiereel dolor, porque ningunoimperio en sus penas tiene?”
“¿Todo esto es tuyo, abuelo?- Todo, desde la carretera panamericana hasta la punta de esos cerros. ¿Los ves?- ¿Por qué, abuelo?- ¡Cómo que por qué! ¡Porque soy el dueño, claro!- Sí, ¿pero por qué eres el dueño?- Porque era de mi familia. - ¿Por qué?- Porque se la compararon a los indios.- Y los inquilinos, los que también han vivido aquí siempre, ¿por qué no son ellos los dueños?”
“- Estás enamorada - dijo Santiago.- No es verdad.- Claro que sí. Y sufres porque él piensa en otra persona. Créeme; sé de qué estoy hablando.- ¿De verdad? - replicó ella, irritada -. Lo dudo. No te tomas nada en serio. ¿Cómo vas a saber lo que es el amor?Se volvió para marcharse, pero Santiago la retuvo por el brazo y la miró a los ojos.- Sé de qué estoy hablando - repitió.Y Miriam lo comprendió.”