“- ¿Qué piensas, Cristianno? —Quise saber lo que le incomodaba.—No es bueno que sienta de esta manera.—¿Por qué?—Porque no eres mía.”
“—Él se resiste porque eres la primera. ¿Por qué te resistes tú, Kathia?Me sobrecogí. No sabía qué hacer. Incluso temblé. Un escalofrío recorrió mi cuerpo en el momento en que di con la respuesta.—Porque también es el primero.”
“No haré nada hasta que me lo pida —confesé—. No quiero cagarla de nuevo.—¡Oh, joder! ¡Estás enamorado, tío! ¡Qué fuerte, macho! —exclamó Mauro tan alucinado como yo de que aquellas palabras estuvieran ligadas a mí.«Maldición, lo sabía. Sabía que esa niña terminaría volviéndome loco.»”
“No la odiaba, simplemente me odiaba a mí mismo por no saber por qué la necesitaba. Mejor dicho, por no querer reconocerlo.”
“Cristianno Gabbana jamás pedía disculpas y, sin embargo, allí estaba, haciéndolo. En aquel momento parecía tan débil, tan perdido, que mis ojos le miraron con ternura. Me sentía una privilegiada porque me dejase ver aquella parte de él.”
“—No me lo pidas. No me pidas que me comporte como un Gabbana porque ahora no pienso hacerlo. No puedo hacerlo si ella es la moneda de cambio.”
“Juegas conmigo porque sabes que estoy en tus manos. Eres demasiado insolente —gruñó cabreado sin dejar de mirarme.”