“No consigo dormirme. Estoy enamorado, y cuando estás enamorado lo menos que te puede pasar es no dormir. Hasta la noche más negra se vuelve roja. Se te amontona tal cantidad de cosas en la cabeza que querrías pensar en ellas todas a la vez y el corazón no consigue calmarse. Y además resulta extraño porque todo te parece hermoso. Haces la misma vida de todos los días, con las mismas cosas y el mismo hartazgo. Y luego te enamoras y esa misma vida se vuelva grandiosa y diferente. Sabes que vives en el mismo mundo de Beatrice y entonces qué más da si el examen te sale mal, si se pincha la rueda del scooter, si Terminator quiere mear, si se pone a llover y no llevas paraguas. Te da lo mismo porque sabes que esas cosas son transitorias. El amor, en cambio, no. Tu estrella roja brilla siempre. Beatrice está ahí, tu amor está dentro de tu corazón y es grande, te hace soñar y nadie puede arrancártelo porque está en un sitio al que nadie puede llegar. No sé cómo describirlo: ojalá no se acabe nunca.”
“Supongo que en esta vida todo el mundo tiene que hacer algo y si ese algo no te gusta, pues mejor, porque te estás ganando el cielo, o al menos, el derecho de poder aconsejar.Me refiero a que si te jodes y te aguantas un poco puedes decir: «mira, yo también hago muchas cosas que no me gustan», pero si resulta que eres incapaz de hacer cosas que no te gustan, entonces estás perdido y sólo te queda sentarte a esperar que lo poco bueno que te ha pasado en la vida se haya marchado.”
“¿Ha estado alguna vez enamorado? Horrible, ¿no? Te hace tan vulnerable. Te abre el pecho y el corazón y eso significa que alguien puede meterse dentro de ti y revolver todo. Construyes todas estas defensas, todo fuerte y armadura, para que nada pueda hacerte daño y entonces, llega esta estúpida persona, no diferente de cualquier otra estúpida persona, y se mete en tu estúpida vida… Le das un pedazo de ti, que no te pidió. Hace algo tonto algún día, como besarte o sonreírte y es entonces cuando tu vida ya no te pertenece nunca más. El amor toma rehenes. Llega hasta lo más profundo dentro de ti. Te va carcomiendo y te deja llorando en la oscuridad; una frase tan simple como “quizá deberíamos ser sólo amigos” se convierte en una astilla de vidrio que se te va hundiendo en el corazón. Duele. No sólo en la imaginación. No sólo en la mente. Es un alma herida, un verdadero dolor que se te mete dentro y te rasga en pedazos. Odio el amor.”
“Hay días en que pienso que ser de izquierdas es una especie de facultad, como la memoria. Todos la tenemos en estado de latencia. Si no la usas nunca, te mueres sin enterarte de que la tenías. La prueba de que está ahí, sin embargo, es que en determinadas situaciones aparece.Muchas veces se confunde con el orgullo. Pero hay dos clases de orgullo. Para mí, cuando esa facultad no está involucrada el orgullo es puro amor propio. Y cuando el orgullo es amor propio, lo que sale es la pataleta, el sofocón, se pone la cara roja y falta el aire. En cambio, si esa facultad interviene el orgullo se generaliza. La persona comprende que la ofensa, el abuso, lo que sea, no se lo están haciendo sólo a ella; y se le llenan los pulmones de aire;dice «no puede ser» y las tres palabras vienen de muy lejos, de muchos compañeros caídos y compañeras, de muchas personas aplastadas, humilladas; y aflora en ella un valor, una determinación con los que no soñaba.”
“No lo creo todavía estás llegando a mi lado y la noche es un puñado de estrellas y de alegría palpo gusto escucho y veo tu rostro tu paso largo tus manos y sin embargo todavía no lo creo tu regreso tiene tanto que ver contigo y conmigo que por cábala lo digo y por las dudas lo canto nadie nunca te reemplaza y las cosas más triviales se vuelven fundamentales porque estás llegando a casa sin embargo todavía dudo de esta buena suerte porque el cielo de tenerte me parece fantasía pero venís y es seguro y venís con tu mirada y por eso tu llegada hace mágico el futuro y aunque no siempre he entendido mis culpa y mis fracasos en cambio sé que en tus brazos el mundo tiene sentido y si beso la osadía y el misterio de tus labios no habrá dudas ni resabios te querré más todavía.”
“Aunque moverse duela como una enfermedad. La mirada se detiene en los rostros que murmuran y no puedes oír lo que están diciendo porque en tu cabeza, el estruendo de los gritos es demasiado fuerte. Aun así, deja que te tiren del brazo y que te suban al coche, y sigues. Porque puedes cuando alguien te dice que puedes.”