“-¿Y si no amamos nada?-Imposible. ¿Te imaginas la Tierra sin gravedad? ¿O el espacio sin gravedad? Sería un contínuo autochoque. Incluso quien cree que no ama nada, ama algo. (...) Lo importante no es si amamos o no, sino qué amamos.”
“Pero si la realidad no es más que un conjuro, y no quieres realmente lo que crees que quieres... —Acerca su cara a mi cara y dice—: Si no tienes libre albedrío. No sabes qué sabes en realidad. Realmente no amas a quien solamente crees que amas. ¿Qué razones te quedan para vivir?”
“Nunca amamos a nadie: amamos, sólo, la idea que tenemos de alguien. Lo que amamos es un concepto nuestro, es decir, a nosotros mismos.”
“—¿Y qué ocurre cuando uno muere?—Tampoco yo lo sé.—Entonces, ¿por qué tener miedo? —dice Oswald—. Yo creo que no ocurre nada. Y si ocurre algo que es mejor que nada, pues mejor que mejor.—¿Y si lo que ocurre es peor que nada? —le digo.—No existe nada peor que nada. Pero si no es nada, no podré saberlo porque yo no seré nada.Oyéndolo hablar así, siento que Oswald es un genio.—Pero, y si no existes, ¿qué? —le pregunto—. El mundo entero seguirá viviendo sin ti. Como si nunca hubieras pasado por aquí. Y el día en que todas las personas que has conocido también hayan muerto, será como si nunca, nunca hubieras existido. ¿No te parece una pena que pase eso?—Si salvo a Max, no. Si lo salvo, existiré para siempre.”
“Amamos lo que amamos. La razón no entra en juego. En muchos aspectos, el amor más insensato es el amor más verdadero. Cualquiera puede amar algo por algún motivo. Eso es tan fácil como meterse un penique en el bolsillo. Pero amar algo a pesar de algo es otra cosa. Conocer los defectos y amarlos también. Eso es inusual, puro y perfecto.”
“Te quiero -dijo- Nada de lo que hagas o digas podrá cambiarlo. Si me pidieras que enterrase un cadáver, o que me cargase a alguien, lo haría sin pestañear.”