“Y yo no tendré miedo de morenas ni rubias, pues cerraré los ojos y te diré: soy tuya.”
“Un día habré dormido con un sueño tan largo que ni tus besos puedan avivar el letargo. Un día estaré sola, como está la montaña entre el largo desierto y la mar que la baña.”
“Hombre pequeñito que jaula me das. Digo pequeñito porque no me entiendes, ni me entenderás. Tampoco te entiendo, pero mientras tanto ábreme la jaula que quiero escapar. Hombre pequeñito, te amé media hora, no me pidas más.”
“Alma: ¿Dónde está el oro aquel que viste? Todo ha cambiado cuando estuvo enfrente; mis ojos tocan realidad tan triste que digo: es el presente.”
“Ah, me resisto, mas me tienes toda, tú, que nunca serás del todo mío.”
“—Si te encuentran, tendré que exterminar tu fuerza vital para cerrar el portal.Me invadió una sensación de terror. —¿Y eso qué significa? Apretó los labios contra mi frente y cerró los ojos. —Significa que tendré que matarte.”
“Ni los dioses ni los diablos han condenado a Colombia a pena de violencia perpetua. La violencia tiene causas terrestres, y no es una fatalidad del destino. Yo amo a ese país, y soy uno de los muchos que queremos dar fe de la solidaridad que merece ese pueblo y su contagiosa capacidad de belleza y alegría. Ojalá podamos ayudar a que los colombianos rompan esas jaulas de la violencia, nacida de la injusticia social, la impunidad y el miedo, y a pleno pulmón respiren los vientos de libertad que con tanto sacrificio han ganado.Vuela mi siempre abrazo, desde Montevideo, abril del año 2013”