“Me dije que si estaba viva iba a seguir adelante, me olvidaría, sería feliz de nuevo. Intenté decirme a mí mismo que era lo que quería para ella.Sabía que nunca volvería a verla. Pero la esperanza llegó, no importa cuán duro y rápido traté de sacarla fuera. Al igual que estas hormigas coloradas diminutas que solíamos tener en Portland. No importaba lo rápido que las mataran, siempre había más, un flujo constante de ellas, resistentes, siempre multiplicándose.Tal vez , la esperanza, dijo. Tal vez”