“Yo pensaba: sí, sí, tonta, muérete y verás. Y se murió, mira por donde. El listo al hoyo y la tonta al bollo...”
“Se sentó en la única silla de la habitación y, al final, preguntó:—¿Eres tú?—Sí. Tengo frío, cachorrito.—Estás muerta, cielo.—Sí. Sí. Lo estoy.”
“Gabriel no conseguía explicarse por qué precisamente aquella mujer le fascinaba tanto, por qué de repente añoraba cosas tan tontas como pasarse horas acariciándole el cabello. Sí, el amor tenía la increíble y desconcertante cualidad de ser inexplicable, incluso para un ángel.”
“Siempre he pensado que en el amor no hay parejas, ni triángulos amorosos, sino una fila india donde uno quiere al que tiene delante, y éste a su vez al que tiene delante de sí y así sucesivamente, y el que está detrás me quiere a mí y a ése lo quiere el que le sigue en la fila y así sucesivamente, pero siempre queriendo a quien nos da la espalda. Y al último de la fila no lo quiere nadie.”
“Yo no sé muy bien qué sea amor, pero de lo que sí estoy convencido es de que es algo muy distinto al sexo y a la reproducción, con los que lo confunde mi vecino. El amor es puro; el sexo entretenido y sano; y la reproducción, criminal.”
“La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.”