“La Pascua me satisface tanto como me deprime la Navidad. Un Dios que se convierte en bebé produce consternación. Un pobre tipo que se convierte en Dios es otra cosa”
“De acuerdo que la gramática es esencial, pero sólo si tiene como objeto la escritura: privada de su objetivo, se convierte en un código estéril.”
“...era, sin discusión, la más graciosa: poseía esa maravillosa soltura de movimientos, que es la suprema injusticia de la naturaleza, ya que la gracia se otorga o se deniega en el momento de nacer sin que ningún esfuerzo posterior pueda paliar la ausencia de la misma.”
“¡No estamos en el teatro! Cuando se supone que se ha llegado al final, no basta con bajar el telón. Y si la obra es mala, pues bien la culpa es tuya.”
“Uno se cruza a veces con gente que, en voz alta y fuerte, presume de haberse privado de tal o cual delicia durante veinticinco años. También conocemos a fantásticos idiotas que se alaban por el hecho de no haber escuchado jamás música, por no haber abierto nunca un libro o no haber ido nunca al cine. También están los que esperan suscitar admiración a causa de su absoluta castidad. Alguna vanidad tienen que sacar de todo eso: es la única alegría que tendrán en la vida.”
“El error es como el alcohol: uno enseguida se da cuenta de que ha ido demasiado lejos, peor en lugar de tener la sensatez de detenerse para limitar las secuelas, una especie de rabia cuyo origen es ajeno a la ebriedad le obliga a continuar. Ese furor, por raro que pueda parecer, podría llamarse orgullo: orgullo de clamar que, pese a todo, hacíamos bien en beber y teníamos razón al equivocarnos. Persistir en el error o en el alcohol adquiere entonces, categoría de argumento, de desafío a la lógica”
“... ya que la plaza quedaba vacante, ella, Pannonique, sería Dios.”