“No se enamore nunca de ninguna criatura salvaje, Mr. Bell- le aconsejó Holly-. Esa fue la equivocación de Doc. Siempre llevaba a su casa seres salvajes. Halcones con el ala rota. Otra vez trajo un lince rojo con una pata fracturada. Pero no hay que entregarles el corazón a los seres salvajes: cuanto más se lo entregas, más fuertes se hacen. Hasta que se siente lo suficientemente fuertes para huir al bosque. O subirse volando a un árbol. Y luego a otro árbol más alto. Y luego al cielo...-”