“La poesía cruza la tierra sola, / Apoya su voz en el dolor del mundo y nada pide / —ni siquiera palabras. / Llega de lejos y sin hora, nunca avisa; / Tiene la llave de la puerta. / Al entrar siempre se detiene a mirarnos. / Después abre su mano y nos entrega / Una flor, un guijarro, o algo secreto, / Pero tan intenso que el corazón palpita / Demasiado veloz. Y despertamos.”