“Pero quisiste el cielo. No hay cielo eterno. Ahora tienes que soportar el desfalco de perderlo. Aunque la tierra también tiene sus encantos. Te voy a dar una probadita de alguno.”
“-Parecen eternos- dijo tras una hora de contemplar los volcanes en silencio. -Son lo más cercano a la eternidad que conocemos-dijo Prudencia- Ni tus lágrimas van a durar tanto. - Ni mis lágrimas- aceptó Isabel. Había dejado de llorar hacía una hora-. Espero que ningún desamor sea tan largo. Pero mi breve paso por el cielo, ése sí que duró tantísimo. Tengo a estos volcanes de testigos. Ninguna eternidad como la mía”
“Niña que duermes bajo la mirada de Dios, te deseo que no la pierdas jamás, que vayas por la vida con la paciencia como tu mejor aliada, que conozcas el placer de la generosidad y la paz de los que no esperan nada, que entiendas tus pesares y sepas acompañar los ajenos. Te deseo una mirada limpia, una boca prudente, una nariz comprensiva, unos oídos incapaces de recordar la intriga, unas lágrimas precisas y atemperadas. Te deseo la fe en una vida eterna, y el sosiego que tal fe concede.Niña, yo te deseo la locura, el valor, los anhelos, la impaciencia. Te deseo la fortuna de los amores y el delirio de la soledad. Te deseo la inteligencia y el ingenio. Te deseo una mirada curiosa, una nariz con memoria, una boca que sonría y maldiga con precisión divina, unas piernas que no envejezcan, un llanto que te devuelva la entereza. Te deseo el sentido del tiempo que tienen las estrellas, el temple de las hormigas, la duda de los templos. Te deseo la fe en los augurios, en la voz de los muertos, en la boca de los aventureros, en la paz de los hombres que olvidan su destino, en la fuerza de tus recuerdos y en el fururo como la promesa, donde cabe todo lo que aún no te sucede.”
“-¿Pero cómo se te ocurrió cantar?- le pregunté.-Qué otra cosa se me iba a ocurrir si me habías tenido toda la tarde con el estribillo ese del verde que brota del mar, y la boquita de sangre marchita que tiene el coral. Me dormí repitiéndola y de tanto decirla ya no sabía si las borrachas eran las ojeras o las palmeras.”
“Creo que el amor, como la eternidad, es una ambición. Una hermosa ambición de los humanos.(Mujeres de Ojos Grandes)”
“Le había enseñado que la vida de los otros, el dolor de los otros, el alivio de los otros debía regir el aliento, las madrugadas, la valentía y la paz de todo médico.”
“De todos los riesgos que he corrido, el único que no hubiera corrido nunca; es el de no haberlos corrido todos.”