“-¿Alguien puede decirme qué diantre es eso?Y señaló hacia el valle con un dedo imperioso e imperial, el que había utilizado para señalar las Pirámides cuando aquello de los cuarenta siglos o -en otro orden de cosas- el catre a María Valewska.”
“El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para nombrarlas había que señalarlas con el dedo".”
“Los seres humanos éramos como pequeños puzles. Los había de mayor o menor dificultad como había vidas felices e infelices. Los afortunados eran aquellos a los que la vida les brindaba la posibilidad de que toas las piezas encajaran a la perfección desde el principio y con un solo movimiento. Los desafortunados tropezaban una y otra vez hasta encontrar el hueco perfecto para encajar la pieza. Otros sencillamente, jamás logran terminar el puzle”
“Que un protestante se muera en domingo lo entiendo, siendo Lutero el diablo. ¿Pero un católico?. Tampoco entiendo que los terremotos tumben iglesias, y con gentecita devota adentro.¡Qué! ¿No estamos los católicos seguros ni en las iglesias, a salvo de la ira de Dios? Está uno tranquilo en una iglesia escampándose del aguacero o de la música disco cuando ¡pum! le da al Otro por temblar, por tirarle a uno el techo encima, las torres y los candiles, el pararrayos y el reloj. Vivir en sí es un peligro y en las iglesias ni se diga con la protección de arriba.”
“[…]Dijo Mary Pickford que las películas deben tener un desenlace alegre para las ciudades, y uno triste para las aldeas. El desenlace de nuestros espectáculos es el que corresponde a la aldea.Lo que la ‘Novia de América’ no vio es el embrutecimiento imperialista de Sudamérica por las comedias musicales norteamericanas. En ellas se nos dan, fundidos, el arte más consumado con la estolidez moral y literaria más insultante. […] El cine debe ser interpretado en calidad de producto internacional, standard, hecho para todos los países del globo, con escenas movibles de quitar o poner, Según los diferentes mercados de consumo. Se trata, como es natural, de productos envasados para el expendio libre. El condimento patético o moral se usa según las distancias al ecuador, y las películas que destinan a nuestras gentes, traen en cierto modo las especies que gustamos. Ignoro qué cantidad de moralina se emplea para Buenos Aires. […] El cine puede servir de experiencia de arte y vida, pero también puede mutilar con traumas incurables los órganos de perfeccionamiento y vigorización del alma. (E.M.E., 1940)”
“El pan está fuera de mí, pero lo toco con los dedos, lo siento, siento que eso es el mundo, pero si yo puedo tocarlo y sentirlo, entonces, no se puede decir realmente que sea otra cosa, o ¿tú crees que se puede decir?”