“Coge un cuenco grande, dije. Llénalo con medidas iguales de hechos, fantasías, historia, mitología, ciencia, superstición, lógica y locura. Oscurece la mezcla con lágrimas amargas, aclárala con carcajadas, viértele tres mil años de civilización, grita kan pei, que significa "copa seca", y bébela hasta las heces." Propocio me clavó los ojos. "¿Y seré sabio?", preguntó. "Mejor que eso", le respondí. "Serás chino.”
“Arrancar su corazón de su pecho y exprimirlo hasta las última gota... igual que hemos hecho con todos los demás.”
“Sufría menos con un dolor real y físico que con el temor de agonía de que volviera la conciencia y me arrebataran la copa del olvido que la muerte me brindaba.”
“Continué viéndola y aún la recuerdo así: soberbia y mendicante, inclinada hacia el brazo que sostenía la valija, no paciente, sino desprovista de la comprensión de la paciencia, con los ojos bajos, generando con su sonrisa el apetito suficiente para seguir viviendo, para contar a cualquiera, con un parpadeo, con un movimiento de la cabeza, que esta desgracia no importaba, que las desgracias sólo servían para marcar fechas, para separar y hacer inteligibles los principios y los finales de las numerosas vidas que atravesamos y existimos”
“Luego clavó su mirada ardiente en mí y ladeó la cabeza con interés—. Holandesa. —Me ofreció una última mirada, una mirada llena de promesas y deseo, antes de retroceder y cerrar la puerta.Nos quedamos las tres allí de pie, con la mandíbula por los suelos. La tía Lil fue la primera en recuperarse. Me dio un leve codazo y dijo con un cacareo alegre:—Chicas, creo que deberíais hacer más pastelitos de chocolate de esos, porque ese muchacho parece hambriento.”
“No aprendas nada, y el próximo mundo será igual que éste, con las mismas limitaciones y pesos de plomo que superar”