“Y eso es lo que lo hace tan perfecto: tus ojos. Tu alma esta ahí pero el resto de ti permanece indefinido esa es la belleza de la infancia. Los ojos muestran todo lo que has visto hasta el momento pero el resto de ti sigue abierto a diversas posibilidades todavia no se sabe en que te convertiras”
“La caca es lo más personal y reservado que tenemos. El resto pueden conocerlo todos, la expresión de tu cara, tu mirada, tus gestos (...) Los seres humanos aman el perfume de sus propios excrementos pero no el de los ajenos. En el fondo, forman parte de nuestro cuerpo”
“Aprendí que Tarbean es enorme. Si no lo has visto con tus propios ojos, no puedes imaginarlo. Es como el océano. Por mucho que te hayan hablado del agua y de las olas, no te haces una idea de su tamaño hasta que te plantas en la orilla. No comprendes realmente el océano hasta que te hallas en medio de él, rodeado de agua por todos los lados extendiéndose hasta el infinito. Solo entonces comprendes lo pequeño e impotente que eres.”
“Y aunque se que hace tiempo no te digo lo que siento hoy lo intentaré... Es imposible imaginar mi vida ya sin ti, pues cada día es más hermoso desde que descubrí como sabe en tu boca el amor... Que con tomarte de la mano ya me siento feliz, pero un beso apasionado, no te quiero decir... Y un te amo de tus labios, vale más que el mundo entero para mí.”
“Todos los idiotas van por la vida pensando que son especiales, haciendo suyo ese engreimiento solipsista según el cual piensas que todo gira alrededor de ti, únicamente de ti. ¿Se nace con esta idea? Probablemente. Cuando descubres la empatía, se supone que abandonas lo anterior, pero tengo mis dudas de que sea posible hacerlo. Los monjes zen se pasan toda la vida intentándolo, pero es difícil. Siempre existe la posibilidad, por muy remota que pueda parecer, de que lo único verdaderamente importante es lo que está en tu mente, que tú eres la estrella de espectáculo, que todos los demás son simples personajes secundarios y que después de que tú mueras, todo dejará de existir.”
“Quería salvarme de la droga que contamina el cuerpo y las venas y no de la otra, la que entra por debajo y por los ojos, la que se enquista en el corazón y lo corroe, la maldita droga que los más ingenuos llaman amor, pero que es tan nociva y mortal como la que se consigue en las calles envuelta en paqueticos.”