“Todo el mundo tiene meido. Pero si nos mantenemos unidos, si intentamos estar disponibles para los otros, ya no tendremos miedo.”
“Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...”
“Somos todo lo que nos queda. Tenemos que ser capaces de seguir unidos, pase lo que pase. Si no nos tenemos los unos a los otros, no tenemos nada.”
“Dígalo, dígalo sin miedo; tal como va el mundo todos los que no somos imbéciles necesitamos estar un poco locos.”
“Pero si no hay futuro –dijo–. ¿Acaso todavía no lo sabes? Esto es el fin del mundo. Nosotros tendremos que quedarnos eternamente aquí.”
“Es curioso cómo cuando uno de nosotros muere, todos nos unimos como uno solo. Incluso si no nos conocíamos unos a otros o si nos odiamos, nos reunimos para ese día.”