“Hundirás tu cabeza, tus ojos abiertos, en el pelo plateado de Consuelo, la mujer que volverá a abrazarte cuando la luna pase, tea tapada por las nubes, los oculte a ambos, se lleve en el aire, por algún tiempo, la memoria de la juventud, la memoria encarnada.”

Carlos Fuentes

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Quote by Carlos Fuentes: “Hundirás tu cabeza, tus ojos abiertos, en el pel… - Image 1

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“Aura vestida de verde, con esa bata de tafeta por donde asoman, al avanzar hacia ti la mujer, los muslos color de luna: la mujer, repetirás al tenerla cerca, la mujer, no la muchacha de ayer: la muchacha de ayer - cuando toques sus dedos, su talle - no podía tener mas de veinte anos; la mujer de hoy - y acaricies su pelo negro, suelto, su mejilla pálida - parece de cuarenta: algo se ha endurecido, entre ayer y hoy, alrededor de los ojos verdes; el rojo de los labios se ha oscurecida fuera de su forma antigua, como si quisiera fijarse en una mueca alegre, en una sonrisa turbia: como si alternara, a semejanza de esa plata del patio, el sabor de la miel y el de la amargura. No tienes tiempo de pensar mas: (47)”


“Sentado en la cama, tratas de distinguir el origen de esa luz difusa, opalina, que apens te permite separa los objetos, la presencia de Aura, de la atmosfera dorada que los envuelve.”


“No volverás a mirar tu reloj, ese objeto inservible que mide falsamente un tiempo acordado a la vanidad humana, esas manecillas que marcan tediosamente las largas horas inventadas para engañar el verdadero tiempo, el tiempo que corre con la velocidad insultante, mortal, que ningún reloj puede medir.”


“La muerte espera al más valiente, al más rico, al más bello. Pero los iguala al más cobarde, al más pobre, al más feo, no en el simple hecho de morir, ni siquiera en la conciencia de la muerte, sino en la ignorancia de la muerte. Sabemos que un día vendrá, pero nunca sabemos lo que es.”


“Sabes, al cerrar de nuevo el folio, que por eso vive Aura en esta casa: para perpetuar la ilusion de juventud y belleza de la pobre anciana enloquecida. Aura, encerrada como un espejo, como un icono mas de ese muro religioso, cuajado de milagros, corazones preservados, demonios y santos imaginados.”


“Permaneces allí, olvidado de los papeles amarillos, de tus propias cuartillas anotadas, pensando sólo en la belleza inasible de tu Aura -mientras más pienses en ella, más tuya la harás, no sólo porque piensas en su belleza y la deseas, sino porque ahora la deseas para liberarla: habrás encontrado una razón moral para tu deseo; te sentirás inocente y satisfecho-”