“«Es que la gente es mala...» «Mala no; imbécil, que no es lo mismo. El mal presupone una determinación moral, intención y cierto pensamiento. El imbécil o cafre no se para a pensar ni a razonar. Actúa por instinto, como bestia del establo, convencido de que hace el bien, de que siempre tiene la razón y orgulloso de ir jodiendo, con perdón, a todo aquel que se le antoja diferente a él mismo, bien sea por el color, por creencia, por idioma, por nacionalidad, o por sus hábitos de ocio. Lo que hace falta en el mundo es más gente mala de verdad y menos cazurros limítrofes.»”
In this quote by Carlos Ruiz Zafon, the speaker discusses the difference between being "mala" (bad) and being an "imbécil" (idiot). The speaker argues that being bad implies a moral determination, intention, and thought, while being an idiot or jerk involves acting on instinct and disregarding rationality. The speaker emphasizes that idiots act without considering the consequences of their actions and are convinced they are doing good, even when they harm others. The speaker suggests that the world needs more truly bad people and fewer borderline idiots, implying that true evil at least involves thought and intention, while idiocy is simply harmful and selfish behavior. This quote challenges the notion of morality and suggests that thoughtlessness can be just as damaging as deliberate malice.
In this quote by Carlos Ruiz Zafon, the distinction between being "mala" (evil) and being "imbécil" (stupid) is highlighted. The idea that true evil involves intention, moral determination, and thought, while stupidity or ignorance leads individuals to act on instinct without considering the consequences, is a powerful insight that remains relevant in today's society. This quote challenges us to reflect on the importance of critical thinking, empathy, and understanding in a world where ignorance and intolerance often lead to harmful actions towards others.
In his novel, author Carlos Ruiz Zafon delves into the distinction between those who are truly malicious and those who simply act without thought. In this excerpt, a character argues that the real problem lies not with evil individuals, but with ignorant and prideful individuals who refuse to consider different perspectives. This powerful passage challenges readers to think about the true nature of malevolence in the world.
Reflecting on the quote by Carlos Ruiz Zafon, consider the following questions:
“El ejercicio de la hipocresía o de la mala fe no siempre es una profesión lúcida y descarada; suele presentarse, por el contrario, en personajes que cultivan con esmero sus almas, se detienen para observarlas, se autocensuran, se corrigen, quitan el polvo, dejan el huevito de cristal perfectamente limpio y prosiguen la marcha convencidos de que el mundo interior es un abismo.”
“Pero ellos los ignoran, menos por insensatez que por la concentración excesiva que les exige la marcha; y sobre todo porque, lo piensen con palabras o no, la calle recta que van dejando atrás, está hecha de ellos mismos, de sus vidas, es inconcebible sin ellos, sin sus vidas, y a medida que ellos se desplazan va formándose con ese desplazamiento, es el borde empírico del acaecer, ubicuo y móvil, que llevan consigo a donde quiera que vayan, la forma que asume el mundo cuando accede a la finitud, calle, mañana, color, materia y movimiento –todo esto, entendámonos bien para que quede claro, más o menos, y si se quiere, mientras sigue siendo la Misma, ¿no?, y en el Mismo, siempre, como decía, pero después de todo, y por encima de todo, ¡qué más da!”
“Y el artista no es, como el vulgo piensa, una persona jovial que esparce por aquí y por allá obras de arte por mera exuberancia, sino que infortunadamente es por lo general una pobre alma que se sofoca con riquezas excedentes y que por lo tanto tiene que obsequiar algunas de ellas.”
“El soberbio cree que se basta a sí mismo, cree que su valor, su precio en el mercado, proviene del dominio de una habilidad, de una profesión o de un conjunto de facultades.El soberbio semeja al periodista que piensa que es su aptitud para encontrar y referir noticias lo que le hace periodista y no el medio en que trabaja, y piensa que una noticia escrita por él en un periódico de un pueblo vale tanto como esa noticia escrita por otro periodista menos hábil en un periódico de difusión nacional. Semeja al biólogo y al pintor que piensan que es su inteligencia y su habilidad para el dibujo lo que les hace buenos y que son buenos al margen de sus laboratorios, sus galeristas, su momento histórico, sus relaciones sociales. Edmundo había aprendido que las relaciones se miden por metros de garaje con telares abandonados, como también sabía que la inteligencia, el arte o la competencia profesional no era un pájaro, no venían a posarse sobre los individuos para que al fin en un laboratiorio médico contratasen precisamente al individuo que tenía el pájaro de ser competente, útil, imaginativo. No le necesitaban a él sino a uno como él, y sería lo mismo en Décima como fue lo mismo en Matesa o con Jimena, o en el laboratiorio, o en la Universidad de Navarra. No a él sino a uno como él, a uno que rellenara el hueco, que cumpliera la función.”
“El problema es que el niño es una esponja que registra y absorbe indiscriminadamente todo lo que ve [...] El niño formado en la imagen se reduce a ser un hombre que no lee, y, por lo tanto, la mayoría de las veces, es un ser «reblandecido por la televisión», adicto de por vida a los videojuegos.”