“Jacinta nunca le dijo a Penélope que la quería. El aya sabía que quien quiere de verdad quiere en silencio, con hechos y nunca con palabras.”
“Quien quiere de verdad quiere en silencio, con hechos, nunca con palabras.”
“Incluso ella comprendía que no bastaba con aquello, que cada minuto que Penélope y Julián pasaban juntos les unía más. Hace tiempo que el aya había aprendido a reconocer en sus miradas el desafío y la arrogancia del deseo: una voluntad ciega de ser descubiertos, de que su secreto fuera un escándalo a voces y ya no tuvieran que ocultarse en rincones y desvanes para amarse a tientas. A veces, cuando Jacinta acudía a arropar a Penélope, la muchacha se deshacía en lagrimas y le confesaba sus deseos de huir con Julián, de tomar el primer tren y escapar a donde nadie les conociese.”
“Uno siempre responde con su vida entera a las preguntas mas importantes. No importa lo que diga, no importa con que palabras y con que argumentos trate de defenderse. Al final, al final de todo, uno responde a todas las preguntas con los hechos de su vida: a las preguntas que el mundo le ha hecho una y otra vez. Las preguntas son estas: Quien eres? Que has querido de verdad? Que has sabido de verdad? A que has sido fiel o infiel? Con que y con quien te has comportado con valentia o con cobardia? Estas con las preguntas. Uno responde como puede, diciendo la verdad o mintiendo: eso no importa. Lo que si importa es que uno al final responde con su vida entera.”
“- Que quieres de ese hombre?- pregunto de repente la nodriza.- La verdad - respondio el general.- Conoces muy bien la verdad.- No la conozco - dijo el en voz ata, sin preocuparse por el servicio, que habia interrumpido abajo la colocacion de las flores y miraba hacia arriba. Volvieron a bajar la mirada inmediatamente, con un gesto mecanico y continuaron con sus quehaceres- La verdad es precisamente lo que no conozco.- Pero conoces la realidad- observo la nodriza con un tono agudo, casi agresivo.- La realidad no es lo mismo que la verdad- respondio el general- La realidad son solo detalles.”
“Siempre he pensado que en el amor no hay parejas, ni triángulos amorosos, sino una fila india donde uno quiere al que tiene delante, y éste a su vez al que tiene delante de sí y así sucesivamente, y el que está detrás me quiere a mí y a ése lo quiere el que le sigue en la fila y así sucesivamente, pero siempre queriendo a quien nos da la espalda. Y al último de la fila no lo quiere nadie.”