“Clary notó que alguien la agarraba de la muñeca.Forcejeó para desasirse.Para...,idiota...,soy yo -jadeó Jace en su oído.¡Ah!”
“Ahora me gusta, me gusta tanto, ahora soy yo, reincidentemente yo, el idiota perfecto en su idiotez que no sabe que es idiota y goza perdido en su goce, hasta que la primera frase inteligente lo devuelva a la conciencia de su idiotez y lo haga buscar presuroso un cigarrillo con manos torpes, mirando al suelo, comprendiendo y a veces aceptando porque también un idiota tiene que vivir, claro que hasta otro pato u otro cartel, y así siempre.”
“Yo soy de la generación para la que los policías siempre fueron los malos”
“La brujería es la salsa que los idiotas vierten sobre el fracaso para ocultar el sabor de su incompetencia.”
“La novia de alguien -dijo-. La hermana de alguien, la hija de alguien. Todas esas cosas que nunca antes supe que era, y todavía sigo sin saber realmente qué soy.-No es ésa siempre la cuestión? -repusó Luke. [pp. 92]”
“Soy incapaz de sentir interés en novelas que no causen desconcierto a los lectores. Esto no quiere decir que intente desconcertarles o escribir algo difícil. Lo que quiero decir es que las novelas largas que no hagan cuestionarse a los lectores el sentido de la historia, el flujo de su conciencia o la firmeza de la base de su existencia, no deben escribirse ni leerse. Yo tardo varios años en escribir una novela larga dejándome, literalmente, la piel en ello. Si no fuera capaz de escribir una novela con una fuerza como esa, la escritura no sería más que una pérdida de tiempo.”