“¿Si te das de bruces contra una pared psíquica, acabas con moretones psíquicos?. pensó ella. [pp. 245]”
“Y con ánimo sombrío pensó en que aún estaba muy lejos de llegar a algo con una chica si sólo pretendía idolatrarla y después morir noblemente por ella.”
“Y, de repente, es como si no existiera nadie más en el mundo que estas dos personas que atraviesan el espacio para encontrarse. Chocan, se abrazan, pierde el equilibro, se dan contra una pared y allí se quedan, convertidos en un solo ser indivisible. [pp. 194]”
“No hay como compartir una almohada, eso aclara completamente las ideas; a veces hasta acaba con ellas, lo cual es una tranquilidad.”
“Si supiéramos que una persona iba a morir, retendríamos con más intensidad los recuerdos que nos quedan de ella.”
“A ver si te enteras de una vez, hijo: no hay una España. Hay dos. Y hasta que una de las dos Españas no acabe con la otra, la cosa seguirá igual.”