“Cuando le venga una tentación, señorita, tema el remordimiento, que es el veneno de la vida”

Charlotte Brontë

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“Así es siempre el camino de la vida. Tan pronto como se ha encontrado un lugar donde descansar, una voz extraña e imperativa le ordena a uno levantarse y marchar, porque la hora del descanso ha concluido”


“-¿Cómo no se estremece? -Porque no tengo frío. -¿Cómo no palidece? -Porque no estoy mal.-¿Cómo no quería consultar mi ciencia? -Porque no soy una necia.La vieja emitió una carcajada cavernosa. Luego sacó una corta pipa y empezó a fumar. Después de haberse entregado a este placer, irguió su encorvado cuerpo, se quitó la pipa de los labios y, mirando fijamente el fuego, dijo subrayando las palabras:-Usted tiene frío, usted está enferma y usted es una necia.-Pruébemelo -dije.-Lo haré en pocas palabras. Tiene usted frío porque está muy sola; está mal, porque le falta el mejor de los sentimientos, el mayor y más dulce que puede experimentar el hombre, y es usted necia porque, sufriendo como sufre, no da una muestra ni inicia un paso para reunirse con el que la espera.”


“Las personas reservadas muchas veces necesitan más que las expansivas hablar abiertamente de sus sentimientos y penas. Incluso el estoico más firme es humano, e irrumpir con valor en el mar silencioso de sus almas, a menudo supone hacerles el mayor favor”


“No es la violencia quien desarraiga el odio, ni la venganza quien lava la injuria”


“Soy el peor de los demonios para aquellas mujeres de rostro bonito que carecen de alma y corazón, que se revelan como seres aburridos, frívolos y de mal carácter, sin embargo, con quiénes tienen la mirada diáfana y la lengua elocuente, fuego en el alma, y un carácter flexible que se incline pero nunca se rompe, personas a la vez dúctiles y tiernas, tratables y coherentes, soy siempre considerado y sincero”


“Me siento igual a él; pese a la distancia en rango y riqueza que nos separa, comprendo el lenguaje de su semblante y de sus gestos: hay algo en mi corazón y en mi cerebro, en mi sangre y en mis nervios, que me conecta mentalmente con él. [...] Lo único que eso significa es que tenemos ciertos gustos y sentimientos comunes. Debo, pues, repetirme hasta la saciedad que nunca estaremos juntos. Y reconocer que, mientras sea capaz de pensar y de respirar, no dejaré de amarle.”