“Tienes que saber, no temer, saber que algún día vas a morir, y hasta que no entiendas eso, eres inútil.”
“Si estás leyendo esto, el aviso va dirigido a ti. Cada palabra que leas de esta letra pequeña inútil, es un segundo menos de vida para ti. ¿No tienes otras cosas que hacer? ¿Tu vida esta tan vacia que no se te ocurre otra forma de pasar estos momentos? ¿o te impresiona tanto la autoridad que concedes credito y respeto a todos los que dicen ostentarla? ¿lees todo lo que te dicen que leas? ¿Piensas todo lo que te dicen que pienses? ¿Compras todo lo que te dicen que necesistas? Sal de tu casa, Busca a alguien del sexo opuesto. Basta ya de tantas compras y masturbaciones. Deja tu trabajo. Empieza a luchar. Demuestra que estás vivo. Si no reivindicas tu humanidad te convertirás en una estadística. Estás avisado...”
“Pero si la realidad no es más que un conjuro, y no quieres realmente lo que crees que quieres... —Acerca su cara a mi cara y dice—: Si no tienes libre albedrío. No sabes qué sabes en realidad. Realmente no amas a quien solamente crees que amas. ¿Qué razones te quedan para vivir?”
“En la antigua Roma, dice la Hermana Justiciera, en el Coliseo, el "editor" era el hombre que organizaba los deportes sangrientos que eran la forma principal de mantener a la gente pacificada y unida. De ahí es de donde viene realmente la palabra "editor". Hoy día, nuestro editor planea el menú de asesinatos, violaciones, incendios provocados y asaltos que hay en la portada del periódico del día.”
“Me encantaría creer en un mundo invisible. Eso destruiría todo el sufrimiento y la presión del mundo físico. Pero también negaría el valor del dinero que tengo en el banco, de mi casa que no está nada mal y de todo mi esfuerzo. Todos nuestros problemas y todo lo bueno que nos pasa podrían desdeñarse simplemente porque no son más reales que las escenas de un libro o una película. Un mundo eterno e invisible convertiría el nuestro en una ilusión.”
“La forma que tiene la gente de reclamar para sí a un ser querido es ponerle un nombre que solo hacen servir ellas. Ponerle una etiqueta para apropiárselo.”
“Cuando nos morimos, esas son las historias que siguen en nuestro labios. Las historias que solamente les contamos a desconocidos, en algún lugar íntimo de la celda acolchada de la medianoche. Esas historias importantes que nos pasamos años ensayando mentalmente pero que nunca contamos. Esas historias son fantasmas, que traen a la gente de vuelta de entre los muertos. Solamente un momento. De visita. Cada historia es un fantasma.”