“Tomé una respiración profunda, me adelanté y le tendí una mano.Puck parpadeó, entonces muy en serio extendió la mano y agarró la mía, apretándola fuerte, mientras yo hacía lo mismo.—Buena suerte —dije en voz baja, reuniéndome con sus ojos. Él sonrió, no una de sus sonrisas lascivas, burlonas, una real.—Tú también, Ash.”