“¿Y si se desmayaba? ¿Y si la había asustado tanto que ella realmente perdía el conocimiento? Comencé a pensar en maneras paraexplicarlo.¿Se lo estaba guardando a un amigo?¿Era un accesorio para un show?Era... era... mierda, no sabía.Podía simplemente disculparme. Decirle que sabía que era muy rápido.Esperé a que hiciera algo —gritar, correr, llorar, desmayarse. Cualquier cosa sería mejor que su quietud. Debí haber sido honesto con ella. No era bueno en cosas como ésta. Dije lo que estaba pensando... no planes, no manipulación.Finalmente, cuando pensé que mi cuerpo se derrumbaría sólo por el estrés, se dio la vuelta. De frente a la cama, y sólo pude ver su perfil, pero se estaba mordiendo el labio. ¿Qué significaba eso? ¿Estaba sólo pensando? ¿Pensando en una forma para librarse de esto? Luego, lentamente, como el amanecer asomándose por el horizonte,sonrió.Cerró la caja.No gritó. No salió corriendo. No se desmayó. Pudo haber un poco de llanto.Pero sobre todo... bailó.”

Cora Carmack

Cora Carmack - “¿Y si se desmayaba? ¿Y si la había...” 1

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“¿Cómo la amé?Déjame contar las maneras.Las pecas en su nariz, como la sombra de una sombra; la forma en que ella se mordía el labio inferior cuando estaba pensando, la forma en que su cola de caballo se balanceaba cuando ella caminaba y cómo cuando corría se veía como si hubiera nacido para ir rápido, cómo encajaba perfectamente contra mi pecho, su olor y el tacto de sus labios y su piel, que estaba siempre cálida, y cómo ella sonreía.Como si tuviera un secreto. Cómo inventaba siempre palabras durante el Scrabble. Hyddyn (música secreta). Grof (comida de cafetería). Quaw (El sonido que hace un pato bebé). Como eructó a su manera el alfabeto una vez, y me reí tanto que escupí refresco por la nariz. Y cómo me miraba como si pudiera salvarla de todo lo malo en el mundo.Esta era mi secreto: Ella fue la que me salvó.”

Lauren Oliver
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“Jesús, alguna vez quise decir las palabras, pero apenas podía admitirlo ante mí mismo, y mucho menos a ella. En el fondo yo sabía que era un pedazo de mierda, y ella se merecía algo mejor. Una parte de mí quería que la llevara a la habitación y mostrarle por qué ella era diferente, pero también fue lo único que me detuvo. Ella era mi opuesto: Inocente en la superficie, y dañada profundamente en su interior. Había algo en ella que necesitaba en mi vida, y aunque no estaba seguro de lo que era, no podía dar a mis malos hábitos y joderla. Ella era el tipo de las que perdona, yo podía ver, pero tenía líneas dibujadas que yo sabía que no debía cruzarlas.”

Jamie McGuire
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“Se le había ocurrido la pequeña historia de una ballena nacida en el desierto, y eso era todo lo que conocía. Tenía buenos amigos entre las plantas y los animales del desierto, sólo algo no estaba bien, y era la arena que tiraba por su agujero: le raspaba. Eso la confundía porque toda su vida la había pasado ahí. Poco a poco, sin saber cómo, creció la sensación de que tenía que partir a alguna otra parte. Sin imaginar una llegada, sólo irse. Un día se despidió de sus amigos y partió. La historia termina con un largo camino que hizo, sintiéndose peor porqiue ya no estaba allá y todavía no había llegado a ninguna parte. Hasta que un día llegó al mar y no sólo el agua que soplaba por su agujro no la raspaba, sino que además había encontrado otras ballenas. Obviamente quiero decir que yo también me siento como esa ballena y que sólo sé irme y ya perdí todos los caminos de regreso y que de esto se trata lo que escribo (soy el número un millón, de los que se identifican los la ballena de esa historia). Peor en verdad hay algo más que me gusta en esa historia y es que en la ballena había un conocimiento sobre cierto orden o sentido de las cosas, aun cuando no supiera de dónde venía, ni que su malestar era por eso. En ella misma había una proporción no correspondida que se expresaba como esa voz que oía: Aquí no es, así no es. Posdata número cuatro: me gusta la idea de que el propio ser está destinado a encajar bien y no a vivir patas arriba como el loco del tarot. Posdata número cinco: esta es la única historia que conozco en la que encajar bien es lo contrario de conformarse”

Luis Maria Pescetti
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“¿Acaso esto era de lo que se trataba el amor? ¿Pensar que una chica se veía hermosa en su pijama y sus gafas? ¿Que probablemente yo era el único que ella había dejado que la viera usándolas? ¿Era esa una cosa buena o una cosa mala?”

Nyrae Dawn
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“—El día que conocí a tu madre, sabía que estaría en mi vida para siempre. Había algo sobre ella y supe que me estaba enamorando ese primer día. Te hacía querer ser mejor, tratar de ser digno de su amor. Lamentablemente, tu padre pensaba lo mismo, nadie entendía por qué cambió drásticamente, excepto yo. A pesar de que ella estaba conmigo, dejó de beber, dejó de dormir con otras chicas, es como si lo hubiera hecho madurar al instante y convertido en el tipo que finalmente quería ser para que pudiera tener una oportunidad con ella. Siempre tuve miedo de perderla por él algún día, es como si me diera cuenta de que era una cuestión de cuándo, no de sí. Pero tu madre era diferente, yo había salido con muchas chicas, pero realmente no me importaba si estaban allí o no. Eran sólo alguien para tratar de llenar el dolor de perder a mi padre. Así que cuando me reuní con ella y se dio cuenta de mis sentimientos, luché por mantenerla tanto tiempo como pude. No se lo digas a tu mamá, pero Chase y yo constantemente peleábamos por ella cuando no estaba cerca. Infierno, incluso peleábamos por ella cuando estaba cerca. Sabíamos que cualquiera de nosotros podría tener a cualquier chica que quisiéramos, pero sólo queríamos a Harper. Así que, por supuesto, siendo nosotros, las palabras se utilizaron en puños y volaban cuando nos quedábamos solos. No le dije esto, pero ya sabía lo que había pasado con tu padre antes de que ella me lo dijera. Cuando llegué a casa de la rotura, y Chase no me molestó de nuevo, sabía que algo había pasado. Sólo no sabía qué todavía. Pero ¿sabes qué pequeño hombrecito? No puedo ni siquiera estar loco sobre eso más, porque si no hubiera pasado, no estarías aquí ahora.Besó suavemente a nuestro hijo de tres meses quien estaba completamente cautivado en sus historias y señaló la última foto en el libro.—Y él te amaba y a tu mamá, muchísimo. Siempre voy a recordarte eso, pero desearía que hubieras podido reunirte con él.”

Molly McAdams
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