“—Bueno, ¿dónde se supone que está el corazón? —preguntó dicha parienta.¿Betty White? ¿Iba a por Betty White?Mis manos se levantaron por instinto para protegerla. Era muy frágil. Muyvulnerable. Y la señora Beecher quería clavarle un punzón para el hielo. De eso nada.”
“Por desgracia, él no se conformaba con besarme, siempre quería meterme la mano por debajo del jersey. Yo no se lo permitía porque pensaba que ya había tiempo para eso. Una opinión que él no compartía. Por eso, en una fiesta de confirmandos, metió la mano debajo del jersey de otra, justo delante de mis ojos. Y el mundo que yo conocía acabó en aquel momento.”
“Dónde está el niño que yo fui,Sigue adentro de mí o se fue?Sabe que no lo quise nuncaY que tampoco me quería?Por qué anduvimos tanto tiempoCreciendo para separarnos?Por qué no morimos los dosCuándo mi infancia se murió?Y si el alma se me cayóPor qué me sigue el esqueleto?”
“así como se atribuía al género humano un instinto de reproducción, debía atribuírsele otro más definido y apremiante, que era el instinto de matar cucarachas, y que si éstas habían logrado escapar a la ferocidad humana era porque se habían refugiado en las tinieblas, donde se hicieron invulnerables por el miedo congénito del hombre a la oscuridad, pero en cambio se volvieron susceptibles al esplendor del mediodía, de modo que ya en la Edad Media, en la actualidad y por los siglos de los siglos, el único método eficaz para matar cucarachas era el deslumbramiento solar.”
“Dónde está el niño que yo fui, sigue dentro de mí o se fue?Sabe que no lo quise nuncay que tampoco me quería?Por qué anduvimos tanto tiempo creciendo para separarnos?Por qué no morimos los dos cuando mi infancia se murió?Y si el alma se me cayópor qué me sigue el esqueleto?”
“...quienes se entregan a la venganza y se toman la justicia por su mano rara vez saben dónde está el límite...”