“Me comí a Donovan con los ojos, con una nueva sensación de afecto en el pecho.—¿Qué pasa? —preguntó con recelo.—¿Odin? ¿Le has puesto nombre a tu moto?Me guiñó el ojo y cogió el rollo de cinta adhesiva.—Me inspiré en una chiflada con un coche llamado Misery.”
“Observé el salpicadero de Misery. Estar con ella me reconfortaba un poco, pero notanto como mi sofá. Y en ese momento me di cuenta. Me di cuenta de una atrocidad quehabía pasado por alto durante años. Nunca le había puesto nombre a mi sofá. ¿Cómo habíasido capaz de hacerle eso? ¿Cómo había sido tan insensible? ¿Tan fría y egoísta?¿Y qué nombre le pondría? Era un asunto importante. Muy importante. El muebleno podía ir por la vida con un nombre que no encajara con su personalidad.Abrumada por la extraña sensación de alivio que me proporcionaba tener un nuevoobjetivo en la vida, volví a poner a Misery en marcha. Ya me preocuparía más tarde por lode ser una gallina clueca. Ahora debía encontrar un nombre para mi sofá.”
“El amor y el aprecio perfectamente se pueden demostrar con un pastel de queso, con terneras, zapatos, té, buenos días o qué tengo en el ojo; si el cariño sólo se pudiera demostrar con poemas, flores y anillos, bien poco sería el amor.”
“—Sí, él se limitó a darte un beso, pero ese no fue el primero. Tu primer beso lo obtuve hace mucho tiempo —explicó, con una media sonrisa que hizo que su rostro se viese hermoso. ¿De qué diablos estaba hablando? Nunca me había besado. Fruncí el ceño, pensando, tratando de recordar. —¿Recuerdas la vez que me hice daño cuándo me caí de ese árbol en mi jardín delantero? Tenía trece años y mi maldita pierna dolía tanto, y me preguntaste qué podías hacer para que el dolor desapareciese. —Cerró los ojos y negó con la cabeza al recuerdo, con una pequeña sonrisa en las comisuras de sus labios.”
“...es cómodo ser derrotado a los veinticinco años aún sin una sola cana en la cabeza sin una sola caries en la dentadura sin una sola nube en la conciencia con sólo dos o tres lagunas en la memoria y mirar el mundo desde el cielo desde el purgatorio desde el infierno desde más acá de los montes pirineos y la cordillera de los andes con frialdad con indiferencia con estupor”
“Mi mejor amigo en el internado era un chaval de ojos penetrantes y temperamento nervioso que insistia responder a las siglas JF (...) Era de constitución débil y bastaba con mencionar la palavra microbio en un radio de 1km a la redonda para que él creyese que había pillado una infección. Una vez busqué en un diccionario el término hipocondríaco y le saqué una copia.-No sé si lo sabías, pero tu biografía viene en el diccionario de la Real Academia - le anuncié.Echó un vistazo a la fotocopia y me lanzó una mirada de alcayata.-Prueba a buscar en la "i" de idiota y verás que no soy el único famoso - replicó JF”