“Señores, bello y admirable es el heroísmo de un hombre; pero el de un niño sin miras de ambición o de interés alguno, que debe tener tanto más atrevimiento cuanto menores son sus fuerzas; el de un niño al que nada le exigimos y que a nada está obligado, pareciéndonos un ser amable y noble, no ya cuando cumple sus pequeños deberes, sino cuando se percata del sacrificio ajeno, el heroísmo de un niño, digo, raya en lo divino.”
“Quiere a tu maestro, porque pertenece a la gran familia de cincuenta mil docentes primarios, esparcidos por toda la geografía de Italia, y que son como los padres intelectuales de los millones de chicos que crecen contigo, unos trabajadores no conceptuados merecidamente y mal pagados, que preparan para nuestra patria una generación mejor, más próspera y desarrollada que la presente.No me satisfará el cariño que me tienes si no lo profesas también a todos los que te hacen algún bien y entre ellos ha de ocupar el primer lugar tu maestro, después de tus padres. Quiérele como querrías a un hermano mío; quiérele cuando te complace y cuando te regaña, cuando a tu parecer, obra con injusticia y cuando creas que es injusto; quiérele cuando se muestre afable y de buen humor, pero más todavía cuando lo veas triste. Quiérele siempre. Pronuncia en todo momento con respeto el nombre de maestro que, después del de padre,es el más noble y dulce que un hombre puede dar a otro.”
“Proponte cada día ser mejor y más amable que el día anterior. Di todas las mañanas:Hoy quiero hacer algo que pueda alabarme la conciencia y contente a mi padre, algo que aumente el aprecio de tal o cual compañero, el afecto del maestro, de mi hermano o de otros.”
“El problema es que el niño es una esponja que registra y absorbe indiscriminadamente todo lo que ve [...] El niño formado en la imagen se reduce a ser un hombre que no lee, y, por lo tanto, la mayoría de las veces, es un ser «reblandecido por la televisión», adicto de por vida a los videojuegos.”
“La limosna es un acto de caridad; pero la de un niño,además de caridad, es también como una caricia, ¿comprendes? Es como si de su mano se desprendiesen al mismo tiempo una moneda y una flor.Piensa que a ti nada te falta, y que a ellos les falta todo; que mientras tú anhelas ser feliz, ellos se contentan con poder seguir viviendo.”
“El hombre no conoce la dignidad de la desesperación definitiva sino es con el indigno motivo de haber de morir; con sus juguetes de la ciencia, del arte, del progreso (la más estúpida de sus ideas), de la reforma social, que le parecen tan graves y que adula y realza utilizando el contraste con la frivolidad de las preocupaciones femeninas puestas en el bello vestir, lo que solamente pide él es no morir nunca. Es un entretenido y un longevista y por lo tanto un ente sin pasión.”
“Son innumerables, Enrique, esos muertos; todo cementerio encierra centenares de santas criaturas, que, si pudieran levantarse por un momento de la sepultura, nos dirían el nombre de algún niño al que sacrificaron los placeres de la juventud,el sosiego de la vejez, los sentimientos, la inteligencia, la vida;esposas de veinte años, hombres en la flor de la edad, ancianas octogenarias, jovencitos -heroicos y oscuros mártires de la infancia-, tan grandes y gallardos, que no produce la tierra tantas flores como debiéramos poner en sus sepulcros.!Cuánto se quiere a los niños! Piensa hoy con gratitud en esos muertos y serás mejor y más afable con los que te quieren y trabajan por ti, afortunado hijo mío, tú que en el día de los fieles difuntos no tienes aún que llorar a ninguno.”