“Pero no soy tan complicado como para huirni quedarme aquí en silenciopero no soy tan simple como para no advertirque no hay tres minutos ni hay cien palabras que me puedan definir”
“Ya esta, cuanta ambigüedadEsta vida me va a matarMi corazón vacio no soporta una ausencia másY sé que dijo una vez el noble de la paz asesinadoAl caer: es lo malo de ser bueno en este mundo cruel”
“Conozco un planeta en el que hay un señor coloradote. Nunca ha olido una flor. Nunca ha mirado una estrella. Nunca ha querido a nadie. Nunca ha hecho más que sumas. Y todo el día anda repitiendo como tú: “¡Soy un hombre serio! ¡Soy un hombre serio!”. Y con eso se hincha de orgullo. Pero eso no es un hombre, ¡es un hongo!…”
“Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...”
“Pero, en este mundo, nada hay tan cruel como la desolación de no desear nada.”
“No hay nada más pesado que la compasión. Ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido con alguien, por alguien, para alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos”
“La camilla siguió avanzando a través de un pasillo lleno de gente en silencio. La gente me miraba con esos ojos que decían, pobre chico, tan joven, tan sano, tan blanco y yo desde la camilla les dije tranquila gente, no soy tan sano, ni tan limpio, ni tan creyente, no me lavo los dientes todas las mañanas como ustedes, no leo tantos libros, no hago deporte, ni rindo tanto en el trabajo como ustedes, tranquila gente.”