“—Por cierto, antes de que se me olvide. —Él rompió el silencio—. Creo que debería decírtelo, es algo que no puedo ocultar y que acabarás por enterarte.Ella se inquietó, por la forma en que lo decía no podía presagiar nada bueno. Lo miró en silencio, esperando que, fuera lo que fuese, no cambiara las cosas.Pero él parecía más ocupado en excitarla y no podía concentrarse si estaba pensando en lo que tenía que decir. Pero es que sus manos... sus manos estaban por todas partes, presionando un pezón, acariciando sus labios vaginales... Por no hablar de su boca, que la besaba en el cuello, en el hombro... Oh, qué delicia.Pero esa inquietud hacía que no pudiera disfrutar al cien por cien. Colocó la mano sobre la de él para detenerlo.—¿Qué eso tan importante que tienes que decirme?—Bah, nada, poca cosa. —Él intentó de nuevo meter la mano entre sus piernas.—¡Habla!—Pues nada, que te quiero —dijo él con ese tono pedante, como si dijera la hora.Ella se quedó inmóvil al escucharlo. ¿Cómo podía ser tan retorcido? Aunque... era «su retorcido» y lo quería por eso; así que sonrió, le dio acceso y buscó una réplica contundente.—Sólo tú puedes decir algo importante de forma tan enrevesada —le respondió alegre.”