“¿Por que no me dijiste que era peligroso? ¿Por que no me lo advertiste? Las mujeres saben de lo que tienen que protegerse, porque leen novelas que les cuentan Como hacerlo...”
“Aturdido.Mi fidelidad era tan impensable como lo fue tu lapsus. De todas las cosas que creí que podían ir mal, nunca pensé que fuera precisamente esa.- Ha sido un error -dijiste. Pero lo cruel fue que sentí que el error había sido mío, por confíar en ti.”
“Dijiste que me odiabas.- Lo sé. Necesitaba alguien a quien odiar, y eres al que más amo, por lo que eso cayó sobre ti.”
“Todas las chicas tienen el corazón roto. Las carreteras están atascadas durante el fin de semana. Todo el mundo quiere estar lejos de donde ha nacido. Al menos el viernes por la noche. Los bares ya no dan dos por una y en esta ciudad tienes que ganar mucho para poder beber en el centro. Los camareros han enterrado sus sonrisas porque es viernes por la noche y la gente coge todo lo que brilla. Con o sin permiso. Las niñas bonitas siempre son las que están más tristes porque saben que hay más tipos dispuestos a hacerles daño. Las niñas feas se dejan ir y bailan toda la noche solas, o unas con otras y no tienen suerte ni atrayendo las desgracias. Los tíos con coche juegan con los dados trucados y los que tienen dinero nos están viendo a todos las cartas. Las madres no duermen en toda la noche porque saben que duele pero también saben que no hay nada mejor y no acaban de decidir qué es lo más peligroso. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos. Sé que no puedo esperar que estés siempre sola, lo único que te pido es que no te lo creas todo. No te fíes de los anillos de oro, ni de las carrozas de plata. Todos mentimos bien los viernes por la noche.”
“―No. Supongo que fue porque... yo creo que es importante proteger a las personas. Defender a las personas. Así como hiciste por mí. ―Me sonríe―. Eso es lo que se supone que el Intrepidez debe hacer, ¿verdad? Eso es lo que es el coraje. No… lastimar a las personas sin motivo.”
“Las cosas fluyen hacia donde tienen que fluir, y por más que te esfuerces e intentes hacerlo lo mejor posible, cuando llega el momento de herir a alguien lo hieres. La vida es así.”