“Dijiste que yo te había matado, ¡pues entonces persígueme! Las víctimas persiguen a sus asesinos.”
“Si es cierto que yo te maté, persígueme. Se asegura que la víctima persigue a su asesino. Hazlo, pues, sigueme, hasta que me enloquezcas. Pero no me dejes solo en este abismo. ¡no puedo vivir sin mi vida! ¡no puedo vivir sin mi alma!”
“Pensé que dijiste que no estabas enojada.”Ella palmeó con las manos sobre sus ojos y apretó con fuerza. “Yo estaba enojada. Tiempo pasado.”“¿Significa que podemos tener sexo de reconciliación?”♥”
“Con la voz enternecida por las sonrisas, me dijiste que siempre había que cortar por debajo del capullo, pues si no se corría el riesgo de herir a la rosa; y un hombre jamás debeherir a una rosa, ¿no es así? Pero ¿quién piensa en lo que hiere a los hombres?”
“—Entonces, ¿por qué eliges este momento para creer que te quiero?—Porque estabas dispuesto a dejarme salir de tu vida si yo elegía a otra persona.Dos gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas y Gabriel las detuvo con los dedos.—Eso es lo que pasa cuando quieres a alguien. Quieres que ese alguien sea feliz.”
“¡Ah, y sin embargo te maté! Y he sido yo quien te ha matado, yo, que veía como a través de un muro de vidrio, sin poder tocarlo, tu rostro mudo y ansioso. ¡Yo, tan estúpido, tan ciego, tan egoísta, tan cruel!”