“Yo creo que hay fantasmas que vagan por el mundo, lo sé. Quédate siempre conmigo, bajo la forma que quieras, ¡vuélveme loco! Pero lo único que no puedes hacer es dejarme solo en este abismo donde no soy capaz de encontrarte.”
“Si es cierto que yo te maté, persígueme. Se asegura que la víctima persigue a su asesino. Hazlo, pues, sigueme, hasta que me enloquezcas. Pero no me dejes solo en este abismo. ¡no puedo vivir sin mi vida! ¡no puedo vivir sin mi alma!”
“Pues amo el suelo que pisa y el aire que respira y todo lo que toca y lo que dice. Me gusta su forma de mirar y de comportarse, me gusta todo él de arriba abajo. ¡Ya está!”
“El mundo es para mi una horrenda colección de recuerdos diciéndome que ella vivió y que la he perdido.”
“Solo eres responsable de tus decisiones y de tus actos. Solo tú decides lo que quieres hacer, y la buena noticia es que puedes hacer lo que quieras.”
“Pero te advierto que Watanabe es igual que yo. Amable y cariñoso, pero incapaz de amar a nadie con el corazón en la mano. Hay una parte de él que siempre está alerta, siente un ansia que lo devora. Lo sé de sobra.”
“Si él estuviera en mi lugar y yo en el suyo, aunque le odiara con un odio que convirtiera mi vida en hiel, nunca hubiera levantado la mano contra él. [...] nunca le hubiera echado de su compañía, mientras ella la deseara. En el momento en que el afecto desapareciera, yo le hubiera arrancado el corazón y bebido su sangre. Pero hasta entonces [...] me hubiera dejado morir a pedazos antes de tocar un solo pelo de su cabeza.”