“Citar es respirar literatura para no ahogarse entre los tópicos castizos y ocurrentes que le vienen a uno a la pluma cuando se empeña en esa vulgaridad suprema de «no deberle nada a nadie». Y es que, en el fondo, quien no cita no hace más que repetir pero sin saberlo ni elegirlo.”
“Para alguien que no se haya fijado nunca en que existen botas con la punta redonda y otras realmente puntiagudas, y que además hay botas de cuero bueno y otras que parecen de plástico, y que sobre todo existen botas de serpiente pitón que son la cosa más bonita del mundo y que nada más verlas se le van a uno los ojos, sin remedio, y se marea y se siente que no se puede ser feliz ni nada parecido, ni siquiera estar contento, si no va uno por el mundo dentro de esas botas, para el que no sepa nada de esto, lo que sigue y lo de antes y toda esta maldita historia le parecerá una cosa de locos.”
“Hay días en que pienso que ser de izquierdas es una especie de facultad, como la memoria. Todos la tenemos en estado de latencia. Si no la usas nunca, te mueres sin enterarte de que la tenías. La prueba de que está ahí, sin embargo, es que en determinadas situaciones aparece.Muchas veces se confunde con el orgullo. Pero hay dos clases de orgullo. Para mí, cuando esa facultad no está involucrada el orgullo es puro amor propio. Y cuando el orgullo es amor propio, lo que sale es la pataleta, el sofocón, se pone la cara roja y falta el aire. En cambio, si esa facultad interviene el orgullo se generaliza. La persona comprende que la ofensa, el abuso, lo que sea, no se lo están haciendo sólo a ella; y se le llenan los pulmones de aire;dice «no puede ser» y las tres palabras vienen de muy lejos, de muchos compañeros caídos y compañeras, de muchas personas aplastadas, humilladas; y aflora en ella un valor, una determinación con los que no soñaba.”
“La esperanza es esa cosa con plumas que se posa en el alma y canta sin parar.”
“No hay nada más sublime en la vida que dar, y cuanto más das, más recibes, y esa es la felicidad que uno tiene, con la que cuenta, y es mucha. Ahí reside el auténtico sentido, todo el sentido.”
“Se ha dicho que en literatura lo bello es verdadero pero lo verdadero en literatura es solo verosímil, y entre lo verosímil y lo verdadero hay una distancia enorme. Esto por no hablar de lo bello, que es algo de lo que nunca se debería hablar: lo bello debería ser la reserva natural de la literatura, el sitio donde lo bello prosperara sin que la mano de la literatura lo toque jamás, y debería servir de recreo y consuelo a los escritores, puesto que la literatura y lo bello son cosas completamente diferentes o tal vez la misma, como dos guantes para la mano derecha”