“Todos los días son buenos, pienso, hasta los malos. Cada día es un don. El olor puede ser malo, pero habríamos de regocijarnos de tener nariz. Nadie nos prometió una nariz. Nadie nos prometió un jardín para la nariz.”
“Tenemos miedos. Todos tenemos miedos, aunque lo bueno de esta vida es que casi nadie nos pregunta cuáles son los nuestros. Los intuyen, los huele, se encuentran con ellos en un día en un aeropuerto, en medio de una calle oscura, al subir a un autobús en una ciudad desconocida… Y de repente se dan cuenta de que somos miedosos al volar, a la oscuridad, a que nos roben o a amar y entregar en el sexo parte de nosotros”
“FILIPO: Cuéntanos cómo llegaste a Las Lomas. ALVARO: Llegué por este mismo sitio donde me estás entrevistando: la Universidad Central de Venezuela. La universidad era el centro del movimiento hippie. Nos reuníamos todos los días justo detrás de ti. Ahí mismo, en Tierra de Nadie, que es ese jardín de atrás, un espacio que no pertenece a ninguna facultad y, como es difícil de vigilar, es un jardín de libertades.”
“No queremos que nos encasillen en una de nuestras facetas, sobre todo si es de las peores. Queremos que nos den la oportunidad de demostrar que no nos correspondemos con lo que hicimos durante un día malo, que somos capaces de cosas mejores.”
“Señoras señores:Por lo común los discursos de sobremesaSon buenos pero largosEl mío será malo pero cortoCosaQue no debiera sorprender a nadie.”
“Nacemos para ir perdiendo cada día un pedazo de nosotros, hasta que la muerte nos alcanza.”