“—Pero sí, pavo. Justamente te haría mal porque te quiero ¿no comprendes? Uno no hace mal a la gente que le es indiferente. Pero la palabra querer, Martín, es tan vasta... Se quiere a un amante, a un perro, a un amigo...—¿Y yo? —preguntó temblando Martín—, ¿qué soy para vos? ¿Un amante, un perro, un amigo?...—Te he dicho que te necesito, ¿no te basta?”
“Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: "qué calor hace", "dame agua", "¿sabes manejar?", "se hizo de noche"...Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero".”
“La gente dice que siempre hay que decir la verdad. Pero no lo dicen en serio porque no se te permite decirle a los viejos que son viejos y no se te permite decirle a la gente que huele raro o a un adulto que se ha tirado un pedo.”
“Siempre he pensando que el amor te vuelve estúpido. Te hace débil. Un mal cazador de sombras. Amar es destruir. Yo creía eso.”
“Dee, creo que si me mira es porque está tramando un plan para asesinarme y esconder mi cuerpo.—No es verdad. No te mira así.Tiró el libro fuera de la cama y se puso de rodillas, colocándose las manos sobre el pecho.—Te mira como diciendo «te odio pero te quiero…»”
“Elegir es eso. Y uno tiene que elegir el bando que le ofrece mayores posibilidades, aunque la diferencia sea sólo de un miserable uno por ciento. Es como el ajedrez. Te dan un jaque mate, pero tú escapas. Y, mientras te estás escabullendo, es posible que tu adversario meta la pata. Por más poderoso que sea un contrincante, no puede descartarse la posibilidad de que cometa algún error.”