“No todos los besos son iguales. Solo algunos consiguen que el mundo se pare. Esos son los mejores: los que hacen que el tiempo se detenga y pierdas incluso la noción de quién eres.”
“Hay secretos de la boca y secretos del corazón.La mayoría de los secretos son secretos de la boca. Chismes compartidos y pequeños escándalos susurrados. Esos secretos ansían liberarse por el mundo. Un secreto de la boca es como una china metida en la bota. Al principio apenas la notas. Luego se vuelve molesta, y al final, insoportable. Los secretos de la boca crecen cuanto más los guardas, y se hinchan hasta presionar contra tus labios. Luchan para que los liberes.Los secretos del corazón son diferentes. Son íntimos y dolorosos, y queremos, ante todo, escondérselos al mundo. No se hinchan ni presionan buscando una salida. Moran en el corazón, y cuando más se los guarda, más pesados se vuelven.Teccam sostiene que es mejor tener la boca llena de veneno que un secreto del corazón. Cualquier idiota sabe escupir el veneno, dice, pero nosotros guardamos esos tesoros dolorosos. Tragamos para contenerlos todos los días, obligándolos a permanecer en lo más profundo de nosotros. Allí se quedan, volviéndose cada vez más pesados, enconándose. Con el tiempo, no pueden evitar aplastar el corazón que los contiene.”
“Los buenos libros se parecen en que son más ciertos que si hubiesen sucedido de verdad y en que, cuando terminas de leerlos, sientes que todo te sucedió y después, que todo te pertenece: lo bueno y lo malo, el éxtasis, el remordimiento y el dolor, la gente y los lugares y cómo estaba el tiempo.”
“No duden de que les oye. Es consciente de todo lo que está pasando. Les parecerá que son los médicos o las enfermeras o todos esos cacharros los que llevan la batuta. Pues no. Es ella quien lleva la batuta. Quizá sólo se está tomando su tiempo. Así que hablen con ella. Díganle que se tome todo el tiempo que necesite, pero que vuelva. Que la están esperando.”
“Serán reforestados los desiertos del mundo y los desiertos del alma;Los desesperados serán esperados y los perdidos serán encontrados, porque ellos son los que se desesperaron de tanto esperar y los que se perdieron de tanto buscar. (El derecho al delirio)”
“¿Todo esto es tuyo, abuelo?- Todo, desde la carretera panamericana hasta la punta de esos cerros. ¿Los ves?- ¿Por qué, abuelo?- ¡Cómo que por qué! ¡Porque soy el dueño, claro!- Sí, ¿pero por qué eres el dueño?- Porque era de mi familia. - ¿Por qué?- Porque se la compararon a los indios.- Y los inquilinos, los que también han vivido aquí siempre, ¿por qué no son ellos los dueños?”