“Aunque no estaba propiamente enamorado, sentía una especie de tierna curiosidad.”
“Sentía una inmensa ternura por ella. Estaba seguro de que la querría siempre, para mi dicha y también mi desdicha.”
“El amor, dije yo, se parecía extrañamente a ciertas sensaciones gástricas de los primeros síntomas del mareo, que producían una inquietud y estremecimientos tan delicados que uno no estaba seguro de si estaba enamorado o iba a vomitar.”
“La vi caer y en ese momento supe que estaba enamorado de ella.”
“Después cuando al fin lo conocí, pensé que transmitía una sensación de aislamiento, no se por qué. Aunque su forma de ser y de hablar eran dulces, me pareció que estaba solo.”
“Y estaba sola, me sentía sola, incapaz de hablar, que es quizás la peor forma de la soledad.”