“Arriba, más arriba que ninguna, en la blanca columna del puente, una inscripción resalta sobre todas las demás, imborrable. Está allí, sobre el frío mármol, azul como sus ojos, bella como siempre la ha deseado. Su corazón empieza a latir feroz. Por un instante le parece que todos pueden oírla, todos pueden leer esa frase, precisamente como está haciendo ella en ese momento. Está allí, en lo alto, inalcanzable. Allí donde sólo los enamorados llegan: <>”
“Si está en San Francisco la seguiré allí. Si está en Tokyo la seguiré allí. Y si está en el infierno la seguiré allí. ¿Por qué no?. Allí es donde acabaremos de todas formas y probablemente juntos.”
“Me fijé en que Fela giraba la cabeza y miraba a Simmon como si le sorprendiera verlo allí sentado.O mejor dicho: fue como si hasta ese momento Simmon únicamente hubiera ocupado espacio alrededor de Fela, como un mueble. Pero esa vez, cuando ella lo miró, lo captó por entero. El cabello rubio rojizo, la línea de su mandíbula, la amplitud de los hombros bajo la camisa. Esa vez, cuándo lo miró, lo vio de verdad.Dejadme decir una cosa. Todas las horas que pasamos buscando en el Archivo, todo el fastidio y el cansancio valieron la pena solo para presenciar aquel momento. Valió la pena sangre y temer a la muerte por verla enamorarse de Sim. Solo un poco. Solo el primer hálito débil del amor, tan leve que seguramente ni siquiera ella lo percibió. No fue espectacular, como un rayo seguido del estruendo de un trueno. Fue más bien como cuando golpeas pedernal contra acero y salta una chispa que se desvanece tan deprisa que casi no la ves. Pero sabes que está allí, donde no puedes verla, prendiendo.”
“El corazón Que tenía en la escuela Donde estuvo pintada La cartilla primera ¿Está en ti Noche negra Frío frío Como el agua Del río. El primer beso Que supo a beso y fue Para mis labios niños Como la lluvia fresca ¿Está en ti Noche negra”
“Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno. Con decirle que muchos de los que allí se mueren al llegar al infierno regresan por su cobija.”
“..., que sólo quienes, como él, son sensibles a la alquimia del sonido y los sentidos, son capaces de transformar la realidad negativa de la vida en las formas substanciales y significativas del arte. Sólo quienes pueden admitir la luz en sus entrañas pueden expresar lo que hay en el corazón.”