“Cada vez que conoces a alguien tu vida cambia y, tanto si te gusta como si no, nosotros nos hemos encontrado; yo he entrado en tu vida y tú en la mía.”

“¿Qué sentido tiene estar con alguien si no te cambia la vida? [...] la vida sólo tenía sentido si encontrabas a alguien que te la cambiara, que destruyera tu vida.”

“…debes darte cuenta de que nos hemos pasado la vida desde pequeños respondiendo a la pregunta ‘qué me gusta’…y ese ‘qué me gusta’ marca nuestro mundo. Da la sensación de que si nos gusta algo es un indicador del rumbo o un deseo y debes saber que no…Lo que no gusta no es nuestro camino, ni tampoco lo que no nos gusta. A veces el rumbo puede estar en lo que nos provoca indiferencia, en aquello que no nos apasiona ni aborrecemos…Entiende esto. Has de confiar en ti, no en lo que crees que te gusta a ti…La senda no la marca lo que te gusta a ti sino que la marcas tú…”

“- ¿Recuerdas lo que significa este punto del centro? (...) Soy yo: tu eje, tu principio y tu fin, tu amor, tu vida (...). Y lo seré siempre. Está escrito aquí, y en los posos de café, y seguramente está escrito en todos los sitios imaginables. Eres mía y nadie nos separará jamás.”

“Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo, sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura, en regiones contrarias, en un mediodía quemante: eras sólo el aroma de los cereales que amo.Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa en Angol, a la luz de la luna de Junio, o eras tú la cintura de aquella guitarra que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria. En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato. Pero yo ya sabía cómo era. De prontomientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida: frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas. Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.”

“No he sido yo quien ha roto tu corazón, te lo has roto tú misma, y al hacerlo has destrozado, de paso, él mío. Y la peor parte me toca a mí, porque aún tengo fortaleza. ¿Crees que me apetece vivir? ¿Qué clase de vida podrá ser la mía cuando tú...? ¡Oh, Dios mío! ¿Acaso te gustaría a ti vivir si te encerraran el alma en una tumba?”