“Retirado en la paz de estos desiertos,con pocos, pero doctos libros juntos,vivo en conversación con los difuntos,y escucho con mis ojos a los muertos.Si no siempre entendidos, siempre abiertos,o enmiendan, o fecundan mis asuntos;y en músicos callados contrapuntosal sueño de la vida hablan despiertos.”

Franciso de Quevedo

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Quote by Franciso de Quevedo: “Retirado en la paz de estos desiertos,con pocos,… - Image 1

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“Tras veintinueve años de reinado que él había ilustrado y dignificado con su valor,con su lealtad,con su sangre fría en los peligros, con la prudencia en los triunfos y la constancia en la adversidad.”


“Yo sólo he podido protegerme de mis enemigos; en el resto de los casos, con la moral hecha añicos, he descubierto que fui yo, siempre yo, quien introdujo a mi vida los caballos de Troya”


“No me aflige morir; no he rehusadoacabar de vivir, ni he pretendidoalargar esta muerte, que ha nacidoa un tiempo con la vida y el cuidado.Siento haber de dejar deshabitadocuerpo que amante espíritu ha ceñido;desierto un corazón siempre encendido,donde todo el amor reinó hospedado.”


“[Sigmund Freud] era un perfecto cretino. [Estaba] equivocado en las interpretaciones exclusivamente sexuales que daba a los símbolos, los sueños y los secretos ocultos de nuestro subconsciente. ¡Vamos, vamos! Pensar que quien sueñe con la aguja de una catedral o con el obelisco de Trajano en Roma está expresando anhelos relacionados con el órgano viril... ¡ésa no puede ser más que la interpretación de un obseso!”


“No le gustaban los libros en que, con malhumor y de forma avinagrada, se contaban acontecimientos totalmente corrientes de la vida totalmente corriente de personas totalmente corrientes. De eso había ya bastante en la realidad y, ¿por qué habría de leer además sobre ello? Por otra parte, le daba cien patadas cuando se daba cuenta de que lo querían convencer de algo. Y esa clase de libros, más o menos claramente, siempre lo querían convencer a uno de algo.Bastián prefería los libros apasionantes, o divertidos o que hacían soñar; libros en los que los personajes inventados vivían aventuras fabulosas y en los que uno podía imaginarse todo.”


“Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, un metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos era siempre Lolita.”